Hace pocos días después de creer que durante estas vacaciones no sucedería nada interesante, me topé con un viejo amigo de la prepa, al cual tenía ya algunos años sin ver. Platicando en un rincón de la ciudad acompañados solamente por las luces frías de un edificio gubernamental y de los sonidos de los coches pasando por la avenida, ahhh si claro, sin olvidar el rico café helado del 7/11 y de las pequeñas gotas de lluvia cayendo sobre nosostros, comenzamos a platicar sobre todo y nada a la vez, poniéndonos al tanto de tantas cosas que en otro momento me hubieran parecido aburridas.
Me comentaba acerca de su relación fallida con una bella chica a la que le dió todo su amor, protección, cuidados y lealtad, pero de la que tuvo que separarse debido a que no recibía ni la mitad de lo que daba. Esto a mi me pareció valientísimo de su parte pero inapicable a mi caso, ya que yo no podría hacerlo
Después me dijo una frase que acomodé a mi contexto y me hizo temblar todo lo que significaba, y es que "Ofrezco una relación de calidad, no debo mendigar, ni rogar para que la reciban". Es como los perfumes costosísimos o la ropa de marca, sabemos que es carísima, pero si realmente quieres calidad vas a pagar el precio que se le ha puesto a la prenda, en ningún momento verás a Versace regalándo sus prendas sólo por querer que la gente las use.
Talvez me resulta un poco complicado dar a conocer este concepto pero sin lugar a dudas, sé que mi cariño tiene un precio muy alto, y las relaciones que ofrezco son de calidad. Nunca más rogaré a alguien para que está conmigo y para que reciba lo mucho que puedo llegar a dar. A partir de hoy será bajo MIS condiciones...
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