No es en vano decir que sin duda he recobrado fuerza y que los proyectos que tanto miedo me daban, ahora no son obstáculos, todo se vuelve claro y latente. La falta de un empujón siempre es necesario, y estar conmigo en soledad es lo que me motivó a continuar, a luchar por lo que quiero y a encontrar las energías que perdí en el camino.
Yo no llamaría a estas vacaciones flojera u ocio, las llamo: Renovación y locura.
Se dice que cada día se aprende algo nuevo, pero en mi caso sólo lo recuerdo una y otra vez...
Recobré la noción de lo que es el amor, recordé que el entregarse por completo es parte de luchar por lo que quieres. Valoré la confianza de mis padres y admiré su valor y su dedicación a la preservación de los valores familiares.
Aprendí que no sólo se disfruta de lo nuevo, se puede renovar una y otra vez para seguir siendo mi santuario, mi refugio que se adapta a mis cambios de humor, a mi edad y a mis cambios de aspiraciones, pero no deja de ser mi espacio, mi casa de juegos y mi puerta a la fantasía.
A todos mis amigos les doy las gracias por estar conmigo, y los invito a seguir viviendo anhelando cada día y aprendiendo a amar a cada instante...
Me estoy poniendo nostálgica pero no puedo quitar la sonrisa de mi rostro, creo que es parte de la alegría del vivir, la locura de la juventud y las ganas de triunfar...
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